Desde el 1 de febrero de 2025, la isla griega de Santorini ha sido sacudida por más de 550 terremotos, con magnitudes que alcanzan hasta 5,1 en la escala de Richter. Estos temblores, que se han registrado principalmente entre Santorini y la isla vecina de Amorgos, han generado una respuesta inmediata de las autoridades locales y han provocado una evacuación masiva de miles de residentes y turistas.

Las escuelas en Santorini y otras islas cercanas, como Ios, Amorgos y Anafi, han cerrado sus puertas, y se han establecido puntos de evacuación en Fira. Las autoridades han restringido el acceso a áreas costeras y ciertos puertos debido al riesgo de deslizamientos de tierra y tsunamis. Además, se ha recomendado a los residentes evitar reuniones en interiores y vaciar las piscinas de los hoteles.
Afortunadamente, hasta el momento no se han registrado víctimas ni daños estructurales importantes, aunque algunos edificios antiguos han sufrido pequeñas grietas. Sin embargo, la incertidumbre sobre la evolución de la situación ha generado un fuerte temor entre los habitantes y los turistas.

El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha instado a la calma y ha presidido una reunión de emergencia con el Ministerio de Protección Civil para abordar la situación. Los expertos sismólogos y vulcanólogos continúan monitoreando de cerca la actividad sísmica, aunque no hay indicios de que estos terremotos estén directamente relacionados con una posible erupción volcánica.
La comunidad científica está dividida sobre el futuro de estos temblores: algunos creen que podrían cesar repentinamente, mientras que otros advierten que podrían continuar durante semanas o incluso meses. A pesar de la incertidumbre, las autoridades griegas están tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población y los visitantes.