Las toallitas húmedas, las compresas, los bastoncillos o las lentillas son algunos de los productos que pueden afectar a los entornos naturales si se desechan en el inodoro o en la naturaleza, según recuerda Proyecto LIBERA, la iniciativa ambiental conjunta de Ecoembes y SEO/BirdLife, que pide no arrojar estos residuos higiénicos al water.
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Retrete de la ONU que se celebra este sábado, 19 de noviembre, Proyecto LIBERA muestra en su informe ‘Tirando de la cadena de la higiene personal: la naturaleza como retrete’, muestra el impacto de estas prácticas y propone una serie de soluciones.
El proyecto ambiental pide hacer un uso responsable del inodoro dadas las graves consecuencias ambientales que supone tirar residuos higiénicos a través del water de forma incorrecta.
En concreto, llama a desechar correctamente, en el contenedor resto (gris), toallitas húmedas, lentillas, compresas, tampones, o preservativos para que no terminen contaminando el medio ambiente. Datos de la asociación Vertidos Cero en 2021 y 2022 caracterizaron casi 45.000 toallitas abandonadas en distintos espacios naturales.
Las toallitas son productos que tienen un alto porcentaje de materiales plásticos en su composición (un 90% en el caso de las compresas), por lo que, desechado incorrectamente, pueden terminar contaminando los entornos naturales y perjudicando gravemente al medio ambiente, dado que pueden llegar a perdurar en la naturaleza cientos de años.
En este contexto, Proyecto LIBERA ha lanzado la campaña ‘La regla de las 3 P’s’ para recordar que al WC sólo se tiran las 3 P: pipí, popó y papel’.
Así, explica que estos productos están compuestos habitualmente por distintos polímeros plásticos no biodegradables y contribuyen a provocar la muerte de más de un millón de aves marinas y a alrededor de 100.000 mamíferos y tortugas marinas cada año.
Esto, según precisa, no solo perjudica a la fauna marina, sino que, también, se afecta a la salud, pues muchos de los productos desechados por el inodoro como las lentillas, por ejemplo, se descomponen parcialmente generando microplásticos, cuyas partículas fragmentadas pueden ser ingeridas por la fauna marina que posteriormente entra en la dieta mediante el consumo de estos animales.
En concreto, añade que debido al material plástico con el que se fabrican y por su baja capacidad de biodegradabilidad, los residuos higiénicos desencadenan una serie de impactos en la salud, y el medio ambiente.
Un estudio llevado a cabo por el departamento de medioambiente del Reino Unido (DEFRA) en el año 2018, evidenció como las toallitas, que tienden a enredarse en el barro, pequeñas ramas y otros posibles residuos y forman montículos dentro del lecho de los ríos provocaba que el agua se mueva más lentamente en el río Támesis.
Además, estos residuos se pueden atascar en el sistema de saneamiento generando averías y un gasto asociado de millones de euros públicos anuales en su limpieza.
Para evitar arrojar estos productos por el water, LIBERA recomienda utilizar una pequeña papelera en el WC destinada para los productos de higiene íntima y así tener a mano un lugar en el que depositar estos productos después de su uso y, desde ahí llevarlos al contenedor gris para facilitar su posterior tratamiento.** El coordinador del Proyecto LIBERA en SEO/BirdLife, Miguel Muñoz, ha apuntado que el cuarto de baño es un ejemplo claro donde la normativa difícilmente puede llegar». «En la soledad de la vivienda de cada uno de nosotros solo la educación ambiental puede poner fin a este problema ambiental que contamina entornos naturales y supone un alto impacto ambiental y económico», valora.
Por su parte, la coordinadora del proyecto LIBERA en Ecoembes, Sara Güemes, considera que hay que crear conciencia entre la población para que el inodoro no sea utilizado como una papelera. «Todos los residuos que tiramos indebidamente por el váter pueden terminar en los entornos marinos y fluviales, afectando a la flora y la fauna y generando un gran problema ambiental», ha advertido.
