El Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas ha expresado este viernes su preocupación ante una posible reanudación de la política israelí de asesinatos selectivos tras las muertes en los últimos días de miembros del nuevo grupo armado palestino La Guarida del León, considerado por Israel como organización terrorista.
Ese grupo, formado según Israel por jóvenes palestinos «vagamente organizados», se había atribuido varios ataques contra militares y civiles israelíes en la ciudad cisjordana de Nablús. Fue allí precisamente donde uno de sus principales operativos, Tamer Kilani, murió por la explosión de una motocicleta bomba en lo que las autoridades palestinas denunciaron como una operación israelí encubierta.
El martes, otra operación israelí contra la organización en el casco histórico de la ciudad se saldó con la muerte de otras tres personas, dos de ellas desarmadas. Horas después, moriría en otro ataque israelí otro alto responsable del grupo, según los informes palestinos que la ONU intenta verificar.
Según medios israelíes, el Gobierno palestino ha emprendido negociaciones con los miembros de este grupo para que depongan as armas y se entreguen a la custodia de las fuerzas de seguridad palestinas para recibir, a cambio, protección frente a las operaciones israelíes.
Tras su balance de la situación en Nablús, la portavoz de la ONU, Ravina Shamdasani, también ha expresado su preocupación en términos generales por la violencia desatada en las operaciones israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este a lo largo de este año. Desde enero, según las cifras de Naciones Unidas, al menos 118 israelíes han muertos en estas operaciones, entre ellas 26 niños y cinco mujeres.
Al menos tres palestinos, entre ellos un niño, han muerto además en ataques de colonos israelíes o por los disparos de guardias de seguridad de los asentamientos israelíes en territorio ocupado.
En el capítulo de víctima israelíes, la ONU tiene constancia de al menos cuatro miembros de las fuerzas de seguridad israelíes y un guardia de seguridad a manos de palestinos israelíes en Cisjordania.
«Recordamos que el derecho Internacional solo permite el uso de armas de fuego cuando es absolutamente necesario, cuando existe una amenaza inminente para la vida o bien existe el peligro de sufrir heridas graves. Fuera de estas condiciones, cualquier muerte podría constituir una ejecución extrajudicial, una gravísima violación del derecho a la vida que se aplica en la totalidad del territorio palestino ocupado», ha añadido la portavoz.
