El canciller alemán, Olaf Scholz, ha defendido la controvertida inversión de una empresa china en una terminal de contenedores en el puerto de la ciudad de Hamburgo, ensalzándola como la «solución correcta».
El Ejecutivo alemán autorizó el miércoles la participación de cerca de un 25 por ciento de la naviera china Cosco en una de las terminales del puerto, una decisión que ha suscitado críticas en un momento en que Berlín ha apostado por revisar su relación económica con Pekín para evitar depender del gigante asiático.
En declaraciones a la prensa desde la capital de Grecia, Atenas, donde se ha reunido con el primer ministro del país, Kyriakos Mitsotakis, Scholz ha defendido que la decisión del Ejecutivo va en la línea correcta pues el porcentaje de inversión permitido a la empresa china es relativamente pequeño.
Bien es cierto que el canciller ha reconocido la legítima preocupación de aquellos que consideran que las infraestructuras alemanas no deberían estar bajo influencia externa, aunque ha defendido que esto «no ocurre de ninguna manera en este caso».
Scholz, quien tiene previsto viajar a China, ha abogado recientemente por reducir la dependencia que Alemania pueda tener sobre el gigante asiático para así evitar que se vuelva a producir una situación como la vivida con Rusia y el sometimiento a gran parte de las potencias europeas en materia energética.
