El juez de la Audiencia Nacional (AN) que investiga el ‘caso Titella’ ha admitido que el socio del productor televisivo José Luis Moreno, Alejandro Roemmers, que le acusa de estafarle 35 millones de euros con una serie sobre San Francisco de Asís, se persone como perjudicado.
En una providencia de este mismo miércoles, a la que ha tenido acceso Europa Press, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2, Ismael Moreno, accede a conceder la acusación particular a Roemmers, un papel que venía ejerciendo su empresa Franciscus Productions y que ahora desempeñará él directamente.
Con esa sociedad, según ya explicó el empresario argentino, había financiado «íntegramente» la creación, junto al ventrílocuo, de una empresa en 2018 para realizar una «gran serie internacional» sobre la figura del santo Francisco de Asís y su época histórica.
En su declaración ante el juez, efectuada en marzo, Roemmers aseguró que fue estafado por Moreno en la elaboración de esa serie, a su juicio «muy mediocre», parecida a una telenovela de tarde.
El origen de la supuesta estafa se encuentra en 2016. Dado que había realizado con éxito el musical ‘Franciscus’ ese año, y tras llevarlo a España de la mano de Moreno en 2018, Roemmers decidió constituir junto al famoso ventrílocuo una empresa conjunta –Dreamlight International Productions– «financiada íntegramente» por Roemmers a través de su sociedad, la citada Franciscus Productions.
FALTA DE ESPIRITUALIDAD Roemmers, en contra de lo que el propio Moreno había declarado ante el juez semanas antes, dejó claro que la serie no estaba hecha, que los capítulos eran defectuosos y que el guión de ‘Glow & Darkness’ –su nombre original– no se ajustaba a su visión de lo que sería una producción centrada en la figura de un santo, ya que el empresario no apreciaba una suficiente profundidad espiritual.
El socio argentino del ventrílocuo denunció que fue en el proyecto que emprendieron para el rodaje de ‘Glow and Darkness’ cuando Moreno se apropió del dinero que él había invertido, denunciando que la serie nunca habría llegado a grabarse completa.
Roemmers llegó a corregir parte de la historia ideada por Moreno después de enterarse de que el productor no creía en Dios. Según habría apuntado al juez, él mismo se encargo de «modificar la parte espiritual de la serie» porque, a su juicio, no tenía un gran nivel.
Una acusación que Moreno ha negado, sosteniendo que la serie se encuentra radicalmente avanzada, habiéndose rodado más de 2.000 minutos (1.500 útiles, aproximadamente, en 35 capítulos de 45 minutos de duración): «Estos capítulos penden de la inclusión de flashbacks y de efectos especiales, como Roemmers conoce».
A juicio de la defensa del productor, lo único que existe entre él y Roemmers es «una pluralidad de relaciones contractuales que se viene prolongando en el tiempo, ya más de cuatro años (contratos de sociedad, de prestación de servicios, de compraventa, etc.), existiendo créditos y deudas recíprocos cuya liquidación resulta ajena a la jurisdicción penal» y, por tanto, a la propia AN.