La Comisión Electoral de Bosnia y Herzegovina ha declarado este jueves ganador de las disputadas elecciones del pasado 2 de octubre al líder serbobosnio Milorad Dodik, de conocida tendencia prorrusa, quien se ha hecho con la presidencia de la República Srpska, una de las dos entidades que integran el país «Milorad Dodik es el presidente de la República Srpska», ha confirmado el responsable del organismo electoral, Suad Arnautovic, tras el recuento de los votos que se emitieron en más de 2.200 colegios electorales. El líder serbobosnio cuenta ahora con una ventaja de unas 30.000 papeletas por delante de Jelena Trivic, quien buscaba la reelección y ha denunciado irregularidades durante la votación.
Dodik, se ha mostrado crítico con los países occidentales y ha respaldado públicamente las políticas del presidente ruso, Vladimir Putin, en los Balcanes, donde cuenta con Serbia como su principal aliado. Él ha encabezado los intentos por separar la parte serbia de Bosnia del resto del frágil Estado.
«No podemos seguir en Bosnia y Herzegovina», dijo antes de unas elecciones que se han celebrado en medio de la peor crisis política en el país desde el final de la guerra en 1995, especialmente por su intención declarada de impulsar un proceso separatista de la República Srpska y el fracaso de modificar la ley electoral.
Dodik, quien ya fue presidente de la República Srpska entre 2010 y 2018 y primer ministro en dos periodos distintos –entre 1998 y 2001 y entre 2006 y 2010, es una figura de gran peso e influencia política en el territorio independientemente del cargo que ostente. Rodeado de socios como Rusia, Serbia o Hungría, sus críticos le han acusado de autoritario y corrupto.
En las elecciones generales del 2 de octubre se eligieron los puestos en la Presidencia tripartita bosnia –integrada por un bosniaco, un serbobosnio y un bosniocroata–, la Asamblea Parlamentaria bosnia, los organismos legislativos de la Federación de Bosnia y Herzegovina y la República Srpska –las dos entidades que integran el país–, la Presidencia y la Vicepresidencia de la República Srpska y diez asambleas cantonales en la Federación.
Si bien los partidos y candidatos no nacionalistas han logrado algunos avances, siguen sin ser capaces de influir de manera decisiva en la dinámica política de un país, que parece vivir un persistente estado de estancamiento.
